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martes, 31 de julio de 2012

Inmunidad vs Impunidad

Escuchando la última intervención del Sr. Roca, presunto cabecilla de los desmanes económicos y morales acaecidos en Marbella, dirigida al Tribunal que lo juzga pidiéndole perdón por su manera de hablar y su tono "chulesco" en el curso de los interrogatorios, he vuelto a releer (esta vez el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española) para refrescar los conceptos de inmunidad e impunidad.
Dice el diccionario de la R.A.E.

inmunidad.
~ parlamentaria.
1. f. Prerrogativa de los senadores y diputados a Cortes, que los exime de ser detenidos o presos, salvo en casos que determinan las leyes, o procesados y juzgados sin autorización del respectivo cuerpo colegislador.

impunidad.
(Del lat. impunĭtas, -ātis).
1. f. Falta de castigo.

Analizando las dos definiciones llego a la conclusión que "inmunidad" ha tenido una especie de mutación perversa  hasta convertirse, en un morphing escandaloso, en "impunidad".
Me surgen varias preguntas:

¿Los delitos de tipo económico, la corrupción, el blanqueo de dinero, la financiación irregular de los partidos políticos no están tipificados en las leyes? 
Y si lo están ¿por qué quedan sin castigo? o al menos sin un castigo proporcional al delito. No vale pensar "sólo es dinero", "no han matado a nadie" porque sencillamente no es verdad, están matando a los enfermos que tendrán menos asistencia, a los ancianos que perderán las ayudas a la dependencia, a los niños y jóvenes que perderán su derecho a una educación de calidad, y es hasta posible que alguien muera víctima de un accidente de tráfico en una carretera que no se repara porque no hay dinero para su mantenimiento y no lo hay, entre otras cosas, porque lo han robado. Seguro que es fácil pensar en más ejemplos.
El Sr. Roca (todavía presunto, algunos pasan media vida como presuntos por la lentitud del sistema judicial), pide perdón por sus modos y no pide perdón a toda España. Una buena manera de disculparse será devolver hasta el último céntimo robado (en el caso de que lo condenen que está por verse).
Cuando hablamos de crímenes, algunos periodistas hacen las cuentas para saber por cuánto sale matar. Tantos años de condena dividido entre el número de víctimas: el muerto sale a tanto. El resultado de estas cuentas suele ser nauseabundo.
Si probamos a dividir el dinero robado por el número de años de condena bruta (sin los descuentos oportunos) nos salen cifras que animan a delinquir. Sale muy rentable... el único problema es que los puestos susceptibles de ser tentados por la corrupción a gran escala están reservados. Querido lector sigue con tu trabajo o buscándolo, no te van a dejar ingresar en la casta de los corruptos.
En el caso de estos escandalosos delitos económicos ¿se podría vincular la pena a la devolución del dinero? Es decir, tantos años por robar o todo lo demás y una extensión de la pena que se va disminuyendo a medida de que recupere el dinero.
Se me ocurre asignarle una cantidad al delincuente (tanto para muchos y tan poco para otros)  similar  a las ayudas que se da a los trabajadores cuando agotan el paro e ir descontando el cien por cien hasta saldar la deuda. Si, parece que habría muchas cadenas perpetuas, a lo mejor así se lo pensaban un poco más o aparecía del dinero.

Seguiré releyendo...

lunes, 30 de julio de 2012


 RELEERNOS, RELEERLES...

Como tantas veces en la vida hace falta releernos para encontrar sentido a tantos desatinos pasados. Por ello, tras un tiempo de parón creativo y sequía tecnológica he decidido, por fin, buscar tiempo para dedicarlo a una bitácora que, en forma de blog, me permita destilar la indignación, la perplejidad y el enfado sumo que me corroen en estos convulsos tiempos que nos obligan a vivir. 
Y digo obligan y no "nos ha tocado" porque incluso en la más mísera de las tómbolas, en el más recóndito y paupérrimo pueblo de nuestra requemada geografía cuando algo te toca te toca algo, aunque sea un perrito piloto o una muñeca chochona. En esta rifa no hemos comprado los números, el sorteo estaba amañado.
En estos últimos años he tenido que releer, sin prescripción facultativa, los acontecimientos que se han ido sucediendo sin que consiga salir de mi perplejidad. Nunca antes se han dicho tantas cosas carentes de sentido ni se han tomado medidas que hayan acarreado tan nefastas consecuencias.
El Estado representando por los políticos, elegidos democráticamente, se ha convertido en una jaula de grillos, comunicados, desmentidos, análisis y contraanálisis que han dejado a una ciudadanía bajo los efectos del doping - sin haber catado un mal chuletón regado de clenbuterol -, y sin fuerza suficiente para subir los escalones de las oficinas del INEM, único lugar donde gregarios y líderes comparten la suerte de todo el pelotón.
La economía del común de los mortales ha ido de mal en peor y por vasos comunicantes ha mejorado, hasta la nausea, la de una minoría, nada común que ha visto sus fortunas engordar hasta la obesidad mórbida. Alguien tendrá que explicar, cuando desclasifiquen los documentos de esta etapa de la historia, como se producen errores de bulto que hacen subir y bajar a la Bolsa y ascender como la espuma el diferencial entre los bonos de la deuda española con respecto a la alemana, para que los escuálidos volvamos a hacer el primo.
Releer y volver a hacerlo para entender cada vez menos.
Espero que entre todos podamos dar “a luz” a esta hidra de siete cabezas que esta pulverizando nuestras pelvis.