El Sr. Artur Mas se ha
convertido en una suerte de Milosevich catalán. A falta de soluciones, como
hacen otros muchos políticos, aporta su dosis de problemas con los que pretende
tapar los que no puede solucionar, por su incompetencia o por no coincidir con
sus intereses. En esto no se diferencia e muchos otros políticos.
La desesperación de un
pueblo, atenazado por la terrible crisis económica, permite medrar a
“visionarios” que, como el Sr. Mas aprovecha las carencias de una ciudadanía
que sin empleo, desahuciada por los bancos, atiborrada a tasas e impuestos le
van a seguir como corderitos al desolladero.
Para enardecer a las masas
cambia el discurso político por el bélico, habla de invasión, de sumisión;
reescribe la historia para justificar no sé qué derechos y se abstiene de
utilizar la religión porque “no toca”. Milosevich le sacó mucho partido al
Reino de los Cielos y envió a muchos a sus confines.
La desvergüenza es tanta y
la ambición tan grande que todo vale. Vale mentir, vale engañar, vale incluso
malversar con el fin de obtener el propio beneficio.
El Sr. Mas llega, incluso, a afirmar que abandonará la política cuando consiga la independencia de Cataluña, en esto tampoco puedo creerle o me limito a intentar interpretarle.
El Sr. Mas llega, incluso, a afirmar que abandonará la política cuando consiga la independencia de Cataluña, en esto tampoco puedo creerle o me limito a intentar interpretarle.
¿Es consciente el Sr. Mas
del problema que le ha creado a Cataluña? Y si lo es, considera oportuno
retirarse cuando el pueblo llegue al callejón sin salida al que le ha empujado
por su locura y retirarse a sus pabellones de invierno a disfrutar de la
familia.
Se retirará, lo hará si las
cosas no van bien. Ya ha convocado elecciones dos años antes de lo previsto
porque no encontraba soluciones y le es más cómodo vivir en los “eternos”
primeros cien días de su gobierno.
Quizás se lo piense mejor,
como han hecho otros Emperadores y cambie las Leyes para mantenerse en el poder
eternamente con un discurso tal como “yo os he traído aquí y soy el único que
puedo conduciros de vuelta”. Negocio redondo ¿o no?
En medio de este
despropósito nos encontramos con documentación que imputa a su partido político
en enjuagues corruptos, escuchamos a la policía declarar que los jueces no
persiguen la corrupción política y con precisión navajera y relojera se
introduce Suiza en la campaña electoral.
¿Tiene sentido? Parece que
sí y ya se verá, pero parece que el pueblo catalán va a darle la mayoría
suficiente para conseguir la independencia o eso cree. ¿Y después qué Sr. Mas?
¿Cómo va a lograr toda esa suerte de venturas de hechicero independentista?:
- Pleno empleo
- Riqueza a raudales, maná independentista
- Fin del fracaso escolar, economía sostenible, investigación y desarrollo…
- Disminución de las muertes por accidentes de tráfico. ¡ solemne tontería!
- ¿Erradicará la caries? ¿Regulará los ciclos de lluvia y sequía? ¿Secará el Mediterráneo para hacerlo peatonal?
Sinceramente Sr. Mas, Vd.
como muchos de los políticos que nos toca padecer se merecen un pueblo más
crítico, más informado, más responsable y lamentablemente la desesperación les
lleva a creer en iluminados como Vd.
Creo que necesitaríamos años
de reflexión y no un triste sábado para desenmascarar tanta patraña.
P.D. El lunes nos explicará
los ingredientes de su pócima mágica. ¡Cuánto se puede echar de menos a
Asterix, bueno a los galos en general! ¿No le parece Sr. Mas?