Ya no me queda nada para
disuadirme
A lo largo de la historia,
los gobernantes han ido “disuadiendo” a su modo y beneficio a sus administrados
hayan sido súbditos, esclavos o en la fórmula moderna ciudadanos.
Como modesto ciudadano paga
excesos (los ajenos entiéndase para los demás me disuado por pura necesidad) me
voy encontrando disuadido de aquello que consideraba básico.
Me disuaden de la costumbre
malsana de acudir al centro hospitalario más cercano a mi domicilio
argumentando que tiene poca ocupación y que por tanto debo trasladarme
“disuadido del todo” a uno más lejano, a horas intempestivas, sin transporte
público y seguramente en taxi porque ya me han disuadido de utilizar el
transporte sanitario cobrándome parte del traslado si no estoy realmente “casi
muerto”.
Me disuadieron hace meses de
tomar los medicamentos que mi estado de salud requiere porque según me han
dicho, hay algunas personas que hacen un mal uso de los medicamentos y elevan
el gasto sanitario, y ahora me disuaden una vuelta de tuerca más pagando un
euro por receta pero no pretenden recaudar tan solo disuadirme.
Me disuaden del dolor y los
síntomas de enfermedades importantes porque las listas de espera se alargan
como chicles, quedándome tan solo la meditación o la autosugestión que me
permita una disuasión completa hasta que me llamen para la operación o la
prueba diagnóstica.
Me disuadieron de que mis
hijos coman en el colegio y disuadido me quedé cuando también lo hicieron
poniéndole un precio desorbitado (para disuadirme) a la custodia, mantenimiento
y calentado – en su caso - de la
fiambrera (me resisto a llamarla Tupper) que he tenido que preparar la víspera
para que el niño/a se pueda alimentar en condiciones.
En las condiciones que la
economía me permite con las continuas subidas de los impuestos (en este caso
con afán recaudatorio indisimulado) que me ha hecho volver al puesto de
casquería del mercado para comprobar cómo me disuaden de envenenarme con el
malo colesterol de la vitrina con los precios que ha alcanzado el marisco de
pocilga.
Quedo disuadido del todo de
mover el coche del garaje por el precio que alcanza la gasolina, aderezado con
impuestos autonómicos que obligan a planificar con precisión relojera los
repostajes en las gasolineras sin céntimo sanitario.
Intento disuadirme a mi
mismo de que las vacaciones son un lujo de vagos, la visita al callista una
excentricidad y lo del dentista es para niños pijos y artistas de cine, los
ciudadanos podemos ir desdentados y disuadidos. En todo caso tengo pocos
motivos para reírme con lo que la estética dental deja de ser un problema si
uno está bien disuadido.
Estoy tan disuadido que
terminaré sin saber cómo era mi vida antes de las desaceleraciones económicas,
las primas, el riesgo… y las promesas incumplidas. Recomiendo a quien posea
fotografías, vídeos o cualquier soporte lo guarde como un tesoro, podrá hacer
pases a los que hemos perdido la memoria para recordar lo que era una sardina
al espeto, una operación de cataratas o un plato de langostinos, un comienzo
del cole con olor a imprenta y a gomas de colores, una navidad con pularda y
nécoras, un cumpleaños con tartas y regalos, unos reyes magos con paquetes de
colores.
Quedo muy disuadido y espero
que Vds., también.
P.D. Propongo una campaña
para disuadir a los señores gobernantes de todos sus excesos y golferías.
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